En las últimas semanas, vecinos y autoridades municipales se han mostrado preocupados por la construcción de edificios de viviendas de interés social en áreas que, según aseguran, no están preparadas para soportar obras de altas dimensiones.
Realmente preocupadísima, porque estos edificios rompen por completo los parámetros… Paseo de República con calle Chacarilla, un edificio que si usted pasa el terreno, es una tripa de 40 pisos. ¡Ya empezaron a pasar los camiones cisterna, es una cosa! Nos sentimos abandonados”, cuenta una vecina.
n las últimas semanas, vecinos y autoridades municipales se han mostrado preocupados por la construcción de edificios de viviendas de interés social en áreas que, según aseguran, no están preparadas para soportar obras de altas dimensiones. Advierten que estos proyectos no solo implican un posible riesgo estructural, sino que también alteran el carácter residencial de los barrios.
La preocupación por la construcción de estos edificios se remonta al 2018, cuando el Gobierno de Martín Vizcarra, a través del Decreto Supremo 010, modificó el Reglamento Especial de Habilitación Urbana y Edificación. Antes, los municipios provinciales tenían la facultad de regular aspectos como la altura de las edificaciones que trae consigo el incremento de la densidad poblacional. Luego de la norma, todo quedaba en manos de los revisores urbanos, profesionales supervisados por el sector Vivienda.
Según Aldo Facho Dede, arquitecto urbanista especializado en planificación y diseño urbano, esta modificación afectó las competencias de los gobiernos provinciales, limitando su capacidad de regular el desarrollo urbano en sus jurisdicciones.